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Fed Up. La pandemia del azúcar

Presentado en la última edición de Sundance, el documental Fed Up tiene un objetivo muy claro: denunciar la presencia de azúcares añadidos en el 80% de los productos alimentarios y demostrar su relación directa con la obesidad y la diabetes. 

No es Estados Unidos un país para viejos: uno de cada tres estadounidenses será diabético en 2050 y el 95% tendrá sobrepeso. Son algunas de las escalofriantes cifras que maneja el nuevo documental producido por la activista Laurie David (Una verdad incómoda).

Una de las voces de alarma del documental, que acaba de llegar a las salas de Estados Unidos, la da el neuroendocrinólogo Robert Lustig, director del Institute for Responsible Nutrition de San Francisco: “En los últimos tiempos, el porcentaje de azúcar industrial en alimentos se ha disparado. De tal manera que un estadounidense promedio consume hoy 22 cucharadas pequeñas de azúcar cada día”. En la mayoría de los casos ni si quiera es consciente de ello, pues un gran porcentaje de los productos supuestamente naturales, saludables o incluso lights contiene alguna de las 56 variedades de sacarosa. “El lobby de la industria alimentaria ha conseguido que el azúcar sea la única sustancia que no ha de aparecer obligatoriamente en la lista de componentes de los alimentos en Estados Unidos”, que desde 1995 ha invertido más de 8.000 millones de dólares en subvenciones al negocio de los edulcorantes.

Fed Up (juego de palabras que suma el significado de “harto” en inglés, con el verbo “To feed”,  “alimentar”) quiere poner fin a más tres décadas de desinformación orquestada por los magnates del gigante de la industria alimentaria Big Food y consentida por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos desde que Ronald Reagan abriera las puertas de los comedores escolares a Ronald McDonald. Con esta idea, los creadores del documental han organizado una campaña educativa mundial (The Fed Up Challenge) que pretende concienciar sobre la importancia de una dieta saludable. “El dinero manda, pero con educación, transparencia y responsabilidad se pueden conseguir grandes cambios”, asevera el doctor Lustig. 

En el documental, algunos expertos comparan la dependencia al azúcar con la adicción a la cocaína. “Según un reciente estudio realizado por el banco Credit Suisse, el 65 % de los médicos están de acuerdo en que el azúcar es adictivo. Yo no lo tengo tan claro, pero resulta evidente que la exposición a la sustancia es abrumadora”. Y el margen de maniobra, muy limitado. “¿Cómo abstenerse a consumir algo que está en casi todos los productos del supermercado?”, se queja Lustig. La batalla contra los lobbies de la industria alimentaria ha seguido el patrón de las tabacaleras en los setenta. “Los intereses, las estrategias y las cuotas de impunidad son muy parecidas. Creo que la verdadera enfermedad de nuestro tiempo son las multinacionales que se han desentendido de los valores humanos”. Reconoce Lustig que los datos de la Organización Mundial de la Salud no son precisamente halagüeños. “El consumo de azúcar se ha triplicado en los últimos 50 años y todo hace pensar que la generación actual de niños vivirá menos que sus padres. Pero hemos conseguido grandes cambios en seguridad vial, hábitos de consumo de tabaco y transmisión de enfermedades venéreas. Tengo la esperanza de que algo bueno saldrá de todo esto”.

Texto: Benjamin G. Rosado · Imagen: fotograma de Fed Up.

Fed Up. La pandemia del azúcar