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Curiosidades: Regalar en diferentes culturas

Allá donde fueres, regala lo que vieres

Por María Segade. Fotos © El Tarro de Ideas.

Regalar es un arte en el que se conjuga buen gusto, empatía y una pizca de suerte. Acierta con el regalo mirando el pasaporte. La cultura de cada país condiciona mucho a la hora de sorprender con un presente… para bien. Te anotamos algunos consejos que hemos recolectado.

Reino Unido: Los abanderados del polite detectan el hobby del agasajado y le sorprenden con un voucher, un vale, para que elija lo que se le antoje. Los grandes almacenes los venden de diferentes tiendas. Lo consideran menos frío que dar dinero. Y huye de los productos sexistas. No es común regalar una batidora a una mujer (¡este consejo lo ampliamos a todo el mundo!).

India: Dulces, ropa, tecnología (plancha incluida) son buenos regalos para un hindú, pero tienen particularidades culturales. Puedes regalar una pareja de Ganesha-Laxmi siempre y cuando estén recién compradas. De no ser así, las divinidades pensarán que las echas de tu casa. Son supersticiosos con la seda, madera, aceite, y los objetos de aluminio o hierro. El color negro no es aconsejable. Se relaciona con Lord Shani, un dios cojo que atrae el mal.

República Checa: No les hace gracia que les regalen dinero. Ellos regalan a un círculo muy, muy cercano y, como es habitual, les gusta que en su entorno conozcan sus gustos y se tomen su tiempo en pensar. Un libro es un acierto en el 70% de los casos y, cada vez más, una experiencia; bien sea una cena, una entrada para un espectáculo o un fin de semana en un lugar especial.

Rusia: Los rusos son felices con cualquier sorpresa. Incluso dinero en un sobre o algo para el hogar. Por Navidad los niños suelen recibir cestas de dulces, ilustradas con sus personajes favoritos como Winnie the Pooh (sí, Disney, llega a todas partes). Entre los adultos aprovechan para alimentar la vanidad de los que más quieren con jabones artesanales, bombas de baño o artículos de belleza premium que uno no se suele permitir.

Israel: Los israelíes buscan el trasfondo de los regalos. “Me regalas una báscula inteligente muy cool pero.... ¿me estás llamando gordo?”, piensan. La Navidad occidental coincide con la festividad de Janucá (cuando Ross se disfraza de armadillo en Friends), y se regala a los niños. Entre septiembre y octubre, en el año nuevo judío, reciben también los adultos. Lo más común es cosmética y decoración para el hogar, pero siempre con ticket regalo o vale.  

República Dominicana: Los niños suelen recibir juguetes, más por Reyes que por Santa Claus. Los adultos celebran el Angelito, su regalo invisible. Se hace en los trabajos y en las comunidades de vecinos. Tiene diferentes fases. La primera semana reparten detalles sencillos (tarta de Navidad, galletas danesas). Para el regalo final, cada persona pone en una lista exactamente lo que quiere (tal jersey de tal tienda), y se lo compran. En las empresas dan bonos para los hipermercados.  

Sudáfrica: Para un sudafricano un buen regalo es algo que se pueda usar, lucir y presumir. Para ellos regalo es sinónimo de capricho. Sin embargo no les des chocolates, y no porque estén a dieta. Al igual que en Portugal o en México, se considera que es un detalle por cumplir. Artículos para el hogar, ropa de cama o vajilla no se contemplan. Son menos personales y más para el uso de los demás.

Japón: El país del sol naciente tiene todo un protocolo del regalo. Durante los meses de verano se da lo que ellos conocen como “O-chuugen” y en fin de año “O-seibo”.

Para ambos hay artículos de mal augurio. Por ejemplo el té, ya que se asocia al luto. Otras supersticiones tienen que ver con los juegos de palabras. Su pañuelo conocido como “tegire” suena igual que la expresión “tegire” = “romper lazos”. Peine se dice “kushi”. “Ku” = sufrimiento y “shi” = muerte. El número 4 y 9 se parecen a tristeza, no como el 8, que es éxito. Una flor en un tiesto desea a una persona ingresada que eche raíces en el hospital. Las velas y los ceniceros se relacionan con el fuego y tampoco gustan. A personas con poder, como los jefes, no se debe de regalar ni zapatos ni calcetines ya que son para “pisar”. 

“O-Seibo”, es el detalle de finales de año. Tiene sus orígenes en las ofrendas de alimentos al Toshigami o deidad del año nuevo y a los antepasados. Por esto el mejor “O-Seibo” son los productos gourmet o delicatesen. Reparten cangrejos, pez globo, mariscos… para hacer en puchero y comer en familia. Son comunes los estuches de bebidas que incluyen cervezas o fruta fresca variada, verdaderos manjares en Japón. Un estómago feliz es su forma de dar las gracias.  

El envoltorio también es regalo

Cómo está envuelto un regalo dice mucho del amor con que se hace. Si quieres triunfar, la empresa El tarro de ideas organiza completísimos talleres de packaging, para particulares y empresas. El próximo es el 24 de noviembre. Puedes informarte en su web eltarrodeideas.com.

 

Curiosidades: Regalar en diferentes culturas