Por Henar Ortega 

 

Casa de citas es una de las propuestas de exhibición de arte más puras y frescas de la capital. Se trata de un espacio expositivo independiente dirigido por la fotógrafa Beatriz Mercader y puesto en marcha con el apoyo de Volomir, pintor de miniaturas. Surge en 2016 y está abierto al arte en general: pintura, fotografía, bordado, floristería, cualquier cosa trabajada con pasión. Para el verano de 2017 aglutina una serie de propuestas recién sacadas de la nevera.

 

Consideran que el arte no es sólo lo que se expone en museos, y apuestan por considerar arte a todo aquello que se elabora con cierto interés y pasión por hacerlo de esa forma en concreto. 'La comida o una forma de aplicar el tinte en el pelo pueden ser arte', explican. 'Casa de Citas surge como respuesta', cuentan, a espacios más fríos como museos o galerías donde, según su fundadora, 'nadie termina de estar cómodo.

 

Estuve leyendo sobre unos espacios que surgieron en California hace unos años y decidí hacer lo mismo con mi casa. Decidí dejar dentro de mi propio hogar un espacio para que la gente pueda venir a conocer el arte, a los artistas, y que sea algo cercano y cómodo'. Aquí hay talleres, debates, exposiciones y están abiertos a todo tipo de expresiones.

 

Este junio vamos a poder ver la exposición 'Memento Vivere', una acción comisariada por Artemantica, la plataforma de acciones de estímulo al pensamiento crítico y a las vivencias artísticas y culturales. En ella exponen las artistas Luana Fischer, Carolina Matos y Sol Salama una mirada sobre su posicionamiento en la sociedad contemporánea, todas ellas interviniendo en el lenguaje fotográfico.

 

Por un lado, está la serie Invoke, creada por la fotógrafa Luana Fischer, que en su obra debate sobre los efectos de la exposición excesiva del cuerpo femenino en la cultura visual contemporánea. Son composiciones que reflejan una meditación acerca de la posición de la mujer en medio de la sociedad patriarcal. El proceso creativo consiste en el registro de su cuerpo y el paisaje de Castilla y León, reorganizando después los elementos para retratar el universo más profundo de su realidad subjetiva.

 

Por otro, está Carolina Matos, que utiliza el bordado, una técnica que históricamente ha estado asociada a la mujer encerrada en su casa, para actuar como agente de cambio a través de una mirada culturalmente crítica. En la serie Figuras Masculinas, la feminidad surge a través de colores y formas del diseño cosido. Para ello se sirve de fotografías compradas en una subasta. La artista sugiere con su obra una representación que trasciende los estereotipos del género.

 

Por su parte, Sol Salama, quien expone por primera vez, presenta una mirada poética, suave y delicada. Su obra son composiciones que mezclan anatomía y paisaje, con el vértigo ante el cambio como protagonista. La serie Resiliencia está compuesta por collages en los que conviven la memoria, la añoranza de la niñez y un profundo impulso vital por combatir el miedo a la ausencia y al abandono.

 

Septiembre en Casa de Citas será el mes de Rubén Rodrigo, un artista que bajo el título Piel de Hiena, presentará una serie de collages que parte de un trastorno propio obsesivo-compulsivo llamado dermatofagia, que consiste en morderse, arrancarse e incluso comerse la propia piel. El autor asegura que en esta serie se conecta a este trastorno y a su propia infancia a través del collage y la pintura, arrancándola de soportes en los que queda adherida. Usa un tipo de pintura acrílica que le permite despegarla de diferentes soportes como el cristal o el polietileno. Sus collages reflejan su interés en el caos cromático y una poética basada en lo residual.  

 

 

A priori puede sorprender el nombre de esta iniciativa artística, Casa de Citas. Beatriz Mercader, su directora, lo explica así: 'creo que los artistas nos vendemos al mejor postor. Es una forma de sobrevivir debido a la precariedad de nuestro trabajo, pero al final queramos o no, es eso… No soy la única que lo piensa: con toda la gente del arte con la que he hablado coincidimos en que el nombre es muy ajustado a nuestra situación'.

 

Es un nombre que en ocasiones da lugar a equívoco: todos los días les llegan preguntas indecentes por redes sociales. Ella es una Madam, pero del arte. Las propuestas las buscan ellos o simplemente aparecen. Confiesa que, en el arte, le deja fría 'el postureo de las inauguraciones: gente hablando de sus egos y esas cosas. Por eso en Casa de Citas las hacemos cercanas, tranquilas, haciendo posible que el artista se acerque al público y se tome una cervecita Ámbar (siempre nos apoyan) con ellos. Si vienes aquí no sufrirás las formalidades agrias de las galerías'.

 

Y, ¿a qué o a quién enviaría Casa de Citas a tomar viento fresco? “A nadie y a todo el mundo. De hecho, lo hacemos prácticamente todos los días”.