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L.A.

L.A., un directo junto al mar

 

Un concierto de rock junto a la orilla del Mar Mediterráneo. No es mal plan para una fiesta. Hemos invitado a Luis Alberto Segura, o lo que es lo mismo a L.A. para que aporte la música en nuestra fiesta y podamos conocer a fondo su último disco, Heavenly Hell (Universal Music). Es el primero en tener una proyección más allá de Mallorca (de donde procede) y es el resultado de quince años de dedicación a la música, y como él recuerda “de glorias y desastres personales”. 

 

¿Qué canción de L.A. pondrías en nuestra fiesta?
La canción más fiestera que he compuesto en mi vida es Evening Love; empezó siendo una canción muy pop, muy guitarrera y acabó siendo más discotequera, con un bajo muy funky, con unos violines sampleados. Salió así porque en el estudio estábamos escuchando a Phoenix. Posiblemente sea el próximo single.

 

¿Cuál es fiesta ideal?
Soy poco exigente. No bebo, no tomo drogas...Tendría a mis amigos de verdad, con una banda tocando y en un sitio en Mallorca al lado del mar.

 

Y esa banda, ¿cuál sería?
The Raconteurs.

 

Hablemos de tu nuevo disco, ¿cuál es la intención de Heavenly Hell?
Que guste y que nos abra muchas puertas para tocar. Hay demasiadas esperanzas puestas en él. Los trabajos anteriores los grababa, hacía 500 copias y con vender 100 estaba tranquilo. Ahora hay una multinacional, hay A&R, hay promoción, un productor,..., mucha gente. Tengo 31 años, llevo quince haciendo música, y ahora que tenemos esto, queremos ir tranquilamente para hacer lo que queremos, que es vivir de ello.

 

¿Dan vértigo estas expectativas?
Sí. Cuando estoy de promoción o estoy ensayando no lo pienso; simplemente me levanto, sé que tengo que trabajar y no me paro a pensar. Me lo planteo como un trabajo y como algo que quiero que funcione. La gente me pregunta si me estoy dando cuenta de que estoy haciendo realidad un sueño que mucha gente no va a conseguir nunca, y por el que yo había tirado la toalla muchas veces. Cuando me paro a pensarlo no me entra vértigo, me da pánico.

 

Decías que el disco es el resultado de “glorias y desastres personales”.
¿También las letras? Siempre las dejo para cuando el disco está casi terminado. Para mí, es lo peor del disco, es el trabajo más duro, es un “marronazo” porque no soy un gran letrista, no me salen con facilidad; son en inglés porque en castellano no sabría hacer letras, yo hago música y melodías. Las letras son como la forma de darle sentido a la canción porque tiene que tener una letra, a lo mejor si pudiera cantar nada, me iría mejor. De hecho, hay muchas en las que abuso de rellenar partes melódicas sin decir nada. Cuando hice las de este disco, me habían pasado muchas cosas en el proceso de grabación y me sirvieron para darle un sentido al disco. Pueden tener mucha experiencia personal pero explicado de manera muy superficial.

 

¿Se van a recuperar los tres discos anteriores que publicaste en tu propio sello Dreamville Records?
Tengo copias de los tres, pero pueden pasar cuatro cosas: que sea mi plan de jubilación, es decir, que cuando este sueño se acabe – espero que sea tarde-,  me plantee retomar mi discográfica, reeditarlos y hacer giras por teatros pequeños. Otra opción es que esto funcione muy bien, que Universal los compre y los reedite. Y lo que creo que pasará, es que cuando hagamos el segundo disco, cojamos algún tema. Y por último, que la gente que lo tiene, los cuelgue en internet.

 

¿Harás también conciertos acústicos?
A día de hoy presento el disco con banda. Me muero de ganas de tocar yo solo en acústico porque lo he hecho durante muchos años y me lo paso muy bien, y porque abre un abanico de posibilidades muy cómodo, pero sólo lo haré para cosas promocionales y alguna cosa puntual. Pero lo oficial es con banda.

 

Texto: Mónica Caballero

L.A. Un directo junto al mar