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  • Miki Yamamoto, con la casa a cuestas
  • Por Christian Osuna

La protagonista del libro, Ann, lleva una vida poco convencional. Vive en su coche, practica sexo por dinero, y su código moral le permite cometer delitos sin sentimiento de culpa.

¿Cómo surge este personaje liberado de convenciones y normas? Ser autora de manga implica en cierto sentido alejarse de las convenciones e imposiciones sociales. En Japón, lo que se considera “normal” es entrar a trabajar en una empresa. Cuando comenté que quería ser autora de manga mis padres se opusieron. Por supuesto, tu propio entorno o las relaciones familiares se convierten en fuentes argumentales. Además, quería replantear algunos estereotipos como las expectativas que se tienen hacia la mujer japonesa, que “debe ser un apoyo al hombre”, la desigualdad en el reparto de las tareas del hogar o que la mujer debe mostrarse sonriente y agradable. Así que para crear una historia en donde una mujer es ella sola, sin más, como un ser humano cualquiera que puede entablar un diálogo con el resto del mundo, necesitaba crear la figura de una forajida. Otra cosa importante que quiero destacar, porque otras veces me han comentado que la protagonista “no tiene un sentimiento de culpabilidad”, es que ella es agredida por dos hombres que llevan un bate de béisbol y después abusan sexualmente de ella. Ann elige la mejor de las opciones para huir, ya que no sabe si vivirá para tomar otras medidas que sean aceptables ante la ley. No quiero que se ignore que primero ha habido una agresión y un delito perpetrado por dos hombres. ¿Acaso es posible pensar que una puede hacer frente de forma pacífica a dos hombres armados con un bate? En Japón, si no hay “agresión” y “amenaza” no se considera delito, es decir, que las mujeres están obligadas a resistirse ante una agresión como ésta. No puedo aceptar que se califique la idea de sufrir esta violencia como “cometer un delito grave sin sentimiento de culpabilidad”.

¿Cuál es la motivación de Ann para vivir en su coche? ¿Rechaza la idea de familia y hogar o es la búsqueda de la libertad de los espacios abiertos? No es que la protagonista niegue la idea de una familia, pero Ann no le da tanta importancia. No cree que sea algo que todo el mundo deba tener. Acepta los riesgos y elige vivir una vida independiente. Además, comprar una casa es inalcanzable para muchas personas y ese espacio cuadrangular lo que hace es atar a las personas a esa tierra. Sucede lo mismo con las normativas inmobiliarias y lo mismo se puede decir de las relaciones familiares. El mero hecho de tener una relación de sangre y parentesco, no implica que una persona se lleve bien con su familia, y hay veces que tus propios familiares no son personas de fiar. No se hace referencia a la vida pasada de Ann en la obra, pero ella tiene dudas en cuanto a la idea de familia. Un coche, al contrario, permite libertad de movimientos y no se ciñe a un solo lugar. Aunque no tengas fuerzas, basta con echar gasolina al vehículo para que una mujer o un anciano pueda ir por sus propios medios a un lugar alejado. Ann se encuentra con diferentes personas en los lugares a los que se desplaza, disfrutando a su manera conversando con el mundo.

¿Cuál es su ideal de casa? Si respondo con unas características ideales, quizá yo misma caiga en una contradicción. No creo que tener una familia sea especialmente una situación natural. Tiene que haber otras posibilidades: vivir sin una familia o volver de nuevo a estar solo después de haber tenido una familia… Si a alguien le gusta estar solo, está bien. O si una persona quiere convivir con otra, cada una de ellas debe tener su sentido de la independencia y la responsabilidad repartida equitativamente. Creo que la forma de vida flexible que tiene Ann y su manera de dejarse llevar libremente es otra posibilidad.

¿Podría hacernos una comparación de la idea de casa en Occidente y Japón? Lamentablemente nunca he viajado a los Estados Unidos, y en Europa solo he estado en Reino Unido y en Italia. Sobre la idea de familia en Occidente solo tengo referencias de las películas que he visto. Así que no puedo comparar. Pero respecto a Japón si puedo decir que no estoy de acuerdo con la legislación japonesa que te impide mantener tu propio apellido tras el matrimonio. El 90% de las mujeres japonesas que contraen matrimonio utilizan el apellido de su marido. Tal y como he descrito en mi obra, la mujer debe tener su propia existencia e independencia para enfrentarse al mundo. Esto es un problema. Yo he crecido en una familia en la que se priorizaba al hombre, había una desigualdad en la educación, a ellos se les educaba en universidades de prestigio mientras que a las mujeres se las enviaba a estudiar a universidades de provincias. Este aspecto de la desigualdad de género es algo que aparece un poco en la nueva obra en la que estoy trabajando. Creo que, como hemos visto en el resto del mundo con el movimiento #metoo, cada país tiene sus propios problemas de género.

En España pensamos en las autoras de manga como artistas dedicadas a la producción de sus obras, entregadas a sus seguidores, que viven entre la mesa de dibujo y las convenciones de manga. Sin embargo... Como profesora universitaria, en estos momentos estoy a cargo de la asignatura de manga e ilustración editorial en la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Tsukuba. Mis tres primeras obras se publicaron entre 2011 y 2014, creadas en mis años como estudiante. Y desde 2016 continúo mi trabajo como autora, pero ahora desde mi puesto como profesora universitaria. En Japón cada mes se publican de media más de 1000 novedades. Hay autores que publican varios títulos al año, pero también hay casos como el mío, que solo publican un título a lo largo de varios años. Los mangakas más famosos se dedican en exclusiva a realizar y publicar sus obras, pero son relativamente pocos. No es normal que personas con un trabajo a tiempo completo, como yo, se dediquen a dibujar manga pero también hay muchas personas trabajando como profesores, en escuelas especializadas o centros culturales, que lo compaginan con la ilustración, el manga publicitario o educativo. En el caso de autoras como yo el volumen de ventas no es lo principal. Pero en certámenes  de gran importancia como el Japan Media Arts Festival también son premiados autores de estilo alternativo como Toranosuke Shimada. Y son obras muy valoradas, que tienen una gran aceptación tanto por parte de los lectores como por los críticos.

 

¿Cuáles son sus principales influencias? Hay muchos autores extranjeros de cómic que me gustan mucho. Pero en Japón no se traducían muchos cómics extranjeros así que aunque podíamos disfrutar los dibujos, no podíamos leerlos de forma completa, con el argumento de la obra. Mi “estrategia” en la universidad, para leer esos libros ilustrados o cómics fue investigar libros sin palabras. He podido conocer obras espléndidas de las que pude aprender las técnicas narrativas mudas. Autoras como la ilustradora belga Gabrielle Vincent, el británico Raymond Briggs, el australiano Shaun Tan o el estadounidense David Wiesner. El italiano Alessandro Sanna, la surcoreana Suzy Lee y, entre los ilustradores de habla hispana Ajubel y Fernando Krahn que realizan obras sensacionales. Entre los autores españoles también me sorprendió gratamente Arnal Ballester. Me gustan la obra de Adolfo Serra centrada en el personaje de Caperucita Roja. Tuve la suerte de conocerle en persona cuando vino a Japón. Me encantaría poder leer más cómics españoles, pero en japonés solo podemos leer obras de Paco Roca, Blacksad, de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, o autores de ascendencia japonesa como Ken Niimura. Es una pena no poder leer obras de autoras españolas u otras obras diferentes. Pienso que mis historias se inspiran en las argumentos del Shojo Manga, destinadas al público femenino adolescente japonés. Al final de Sunny Sunny Ann! hago referencia a un diálogo que aparece en Lost House de Yumiko Oshima. legendaria autora de shojo. Lost House retrata el modo de vida de una persona “sin techo” (pero entendido como alguien que opta por no tener casa). Yuki Kodama es otra autora que ha tratado a mujeres sin hogar en alguna de sus obras. En el shojo aparecen temas y problemas sociales de las mujeres que viven en Japón y los contenidos son muy variados. 

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