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Eva Baltasar, Justicia Poética

Por Paloma F. Fidalgo

A Eva Baltasar una terapeuta le aconsejó escribir un diario. Se aburrió a los quince minutos, pero la idea la empujó a cambiar de registro después de unos cuantos poemarios publicados, y a pasarse a la novela. Poco más de 160 páginas le han bastado para narrar Permafrost, una de las sensaciones literarias de los últimos meses, que ha vendido más de 10.000 ejemplares y pone voz, con un lenguaje intimista, parco y hasta telegráfico, en la estela de aquel noveau roman de los años 60, a una mujer irreverente y a su particular cruzada hedonista para la que se construye una coraza “que la aísla y a la vez la protege de una realidad social y familiar que le resulta agresiva”, explica la autora.

La protagonista del libro, su hermana y su madre son muy distintas entre sí, pero las tres son víctimas de un mismo control social. Yo veo a las tres como víctimas, sí, pero no exclusivamente. La vida de las dos hermanas es una respuesta de supervivencia desesperada a la toxicidad de una madre controladora y manipuladora. Creo que este tipo de conductas esconden una gran inseguridad y temor de fondo, pero esto no las exime del daño que puedan acabar causando a otras personas. Es evidente que este control social del que hablas es algo que existe, que se concreta, que se palpa, que se nos mete dentro y nos gana o nos mina. A la protagonista no la ha ganado, ella está en lucha, y aunque esa lucha a veces la lleva a desear la muerte, también la incita a crear lagunas donde gozar la vida.

  • "Creo en la literatura y no me interesan los libros escritos por mujeres, sino los buenos libros y las mujeres que los escriben"

Otros temas que recorren la novela son la familia o la homosexualidad. Los tratas de manera muy natural, no militante. ¿Esa honestidad es parte del encanto del texto? Al principio yo misma me sorprendía de este encanto que dices, pero hablando con lectoras y lectores me he dado cuenta de que en muchos casos ha ocurrido así. La honestidad de la voz de la protagonista es la mía y aunque como ella soy una mujer que miente, no lo he hecho al poner en su boca pensamientos, emociones y opiniones propias sobre la birria de sociedad que estamos... ¿construyendo? No digo que no hayamos avanzado en muchas áreas, yo misma vivo mi homosexualidad con una libertad que la generación de mi madre soñaba y luchaba, pero soy bastante escéptica con la idea de progreso y tengo una visión pesimista del futuro de nuestro planeta, al menos por lo que respecta al colectivo humano.

También aparece el suicidio o la masturbación infantil, temas a menudo tabúes. ¿Para ti no lo son? Existe la palabra y puedo entender que se le aplique a determinados temas. Pero entender no significa comprender y me resisto a no escribir sobre lo que me apetece o me interesa basándome en un acuerdo de no se sabe bien quién para colgarle la etiqueta de tabú a ese tema.

La ironía y el humor negro son una constante del libro. ¿Es tu permafrost particular? Es mi forma de ver y decir la vida. Sin ironía ya me habría puesto a jugar con la gillette hace tiempo, como hace la prota. Y no nos engañemos, me siento feliz de vivir y disfruto la vida, pero hay algo de sinsentido en esta forma colectiva que tenemos de abordarla, una penetración no deseada, que me hiere y me deshumaniza.

Has sido pastora o empleada del hogar a la vez que escritora. Para mi escribir no es ninguna profesión, es una forma de gozar la vida. Lo otro, salvando lo de aprendiz de pastora, son medios de supervivencia, aburridos en lo que refiere al trabajo en sí, pero interesantes por lo que respecta a lo que una aprende de sí misma.

Tienes poca vida social y no estás en redes sociales, pero tu libro ha sido un super ventas. Esto desarma muchas creencias sobre cómo funciona el mercado editorial… Parece que sí porque no estoy en ninguna red, y lo de la vida social, entre cierta timidez de carácter y unas habilidades sociales que recién estoy empezando a descubrir... pues no sé, la verdad es que el éxito de un libro como Permafrost es como una sacudida de optimismo, un pensar que todavía pueden ocurrir milagros.

¿Existe una escritura femenina? La expresión “escritura femenina” me parece ñoña. Yo creo en la literatura y no me interesan los libros escritos por mujeres, sino los buenos libros y las mujeres que los escriben.    

 

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